Ciudad de México es aparentemente el último destino del viaje que iniciamos juntas hace dos meses atrás.
Llegamos hace dos semanas a la casa de Pichino y Victor. Claro el reencuentro con los amigos fue más que lindo. Aquí estamos vivimos en la Colonia (barrio) La Condesa, un lugar muy parecido a Palermo soho o algo así, en una versión más arbolada, sin edificios, con poca circulación de carros, la mayoría utilizan eco bicis (bicicletas publicas como las de Mauri). La Condesa, está pegado a otras colonias como La Roma y Polanco, de las zonas más bienudas de México, y para completar la descripción, está plagado de argentinos.
La mayoría de la gente que conocimos, son amigos de los chicos, argentinos son casi vecinos. Por lo que hay cenas o domingos de mate en alguna casa. Casi todos llevan un promedio de entre 4 y 6 años o mas acá y parecen estar muy a gusto con este país. La mayoría de ellos han sido muy hospitalarios y macanudos con nosotras, orientándonos, recibiéndonos en sus casas, con sus familias y amigos, organizando programas o actividades para hacer.
La primera semana, mientras Vick cumplía con sus obligaciones, trabaja en un estudio de arquitectura y además cursa su maestría por la noche, nosotras éramos conejillos de india de Pichino, nos corto el pelo, nos saco fotos con sus creaciones y cosas por el estilo, nos divertimos muchísimo , además que era una forma de recordar viejos tiempos en que nos divertíamos con las “pichinadas” en Argentina.
Por supuesto los tres cumplíamos con el rol de amos de casa, cuidar el hogar y recorrer tianguis (mercados en la calle) en busca de alimentos frescos y flores…jejejejeje.
En el medio, claro, hacíamos vida de turistas. Por nombrar algunos de la infinidad de lugares súper chidos e interesantes que México tiene, Coyoacán y el Museo de Frida, el centro histórico, museos muchísimos (los mejores el de Antropología y el de la Tolerancia), bosques y castillo de Chapultepec (un gigante pulmón verde en medio de la “ciudad de la polución”), además el Palacio Nacional y la Secretaria de Educación Publica que tienen unos murales increíbles de Rivera, Siqueiros y Orozco.
En busca de un buen café y siguiendo nuestro particular interés por el turismo gastronómico, visitamos dos bares tradicionales , el Café El Jarocho y La Habana. El primero, en Coyoacán, tomamos un café de olla ( de oia en realidad) súper rico. En cambio al segundo llegamos atraídas por su historia. Según nos contaron , La Habana fue el lugar donde Fidel y el Che se encontraban, además de ser un bar típicamente visitado por intelectuales mexicanos. Aunque la panadería dejaba mucho que desear, valió tantísimo la pena la pasada.
El metro de México es famoso, además de ser el más grande de Latinoamérica, es impresionante la gente que circula en el diariamente. Cuentan que el recorrido que hacen todas las líneas de metro al día equivalen a dar la vuelta al mundo. Una particularidad, los tres primeros vagones están reservados para mujeres y niños y no solo eso, también parte de los andenes tienen el mismo fin.
Hemos dedicado un día a visitar el pueblo vecino Taxco, “capital de la platería”. Intencionalmente llegamos un sábado para poder conocer los tianguis de plata. En fin, el pueblo estaba plagado de gente, artesanos, mercados, compradores y vendedores de todo!
Un pueblo hermoso, rodeado de montañas, colonial, totalmente colonial y colorido. Santa Prisca, una iglesia del 1700, construida en solo 8 años. Su interior aunque lindo, era groseramente ostentoso, cargado de oro y detalles barrocos. Fue un viaje a un pueblito mágico, para pasar un dia o algunas horas nomas.
Acá estamos, casi al fin del viaje juntas. Aun nos quedan varios lugares de la Ciudad por conocer, como la Virgen de Guadalupe, la Ciudad Universitaria, La Ciudadela. Estamos en plan de disfrutar mucho los días que nos quedan, y los amigos sobre todo, que, quién sabe cuando sea la próxima vez que volvamos a reunirnos…